“Dando testimonio”, crónica del día 1 del CR2013
Día 1 (Barcelona) – 6 de julio
“Dando testimonio”
Desde muy temprano ya se notaba que el primer día del Crossroads 2013 iba a ser duro. El ajetreo del viaje a Barcelona y la falta de costumbre de madrugar (desde que acabó la universidad hemos perdido el hábito) nos hicieron pasar los primeros minutos del día con cara de zombis. Por suerte, el agua fría de la ducha nos despejó y, una vez espabilados, ya estábamos listos para empezar –como todos los días, con una oración comunitaria ante el Santísimo- el primer día de Crossroads España.
Teníamos nuestra agenda planeada de antemano pero, como siempre, lo habíamos dejado todo para última hora… y salíamos con retraso. Los gritos de “¡vamos, vamos!” y de “¡se hace tarde!” se hacían oír por toda la parroquia en la que nos alojamos. Teníamos que haber escrito un manifiesto para leerlo esta misma mañana, pero un minuto antes de la hora de salida todavía no habíamos empezado.
No obstante, habíamos madrugado, y como al que madruga Dios le ayuda, se ve que nos echó un cable y nos inspiró justo lo que teníamos que escribir. Inmediatamente supimos plasmar lo que llevamos dentro, lo que sentimos cuando vemos que un hospital dirigido por la Iglesia católica practica abortos, y por si fuera poco con el silencio del Cardenal Sistach.
A la carrera, salimos de la Parroquia de la Inmaculada Concepción dirección a la Catedral de la Sagrada Familia, en cuya cripta el Padre Custodio –que tan amablemente nos ha acogido este fin de semana, al igual que lo hizo el año pasado- nos ha oficiado una Misa de envío, invitándonos a ser piedras vivas del Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia católica. Pero no de la Iglesia “burguesa”, comodona, que cede y negocia para evitarse problemas. No. Tenemos que ser piedras vivas de la Iglesia de verdad, de la Iglesia de los mártires, de la Iglesia de la cruz. Esa Iglesia que no renuncia a sus principios, sino que asume que en la tierra no tiene dónde reclinar la cabeza y que será perseguida, pero que sabe que recibirá el premio de la vida eterna.
Después de la Misa nos dirigimos hacia el Hospital católico Sant Pau. Muy bonito por fuera, todo hay que decirlo. Pero por dentro es otra cosa. Es un hospital católico (administrado por la Archidiócesis de Barcelona) en el que se practican abortos –con el conocimiento del Sr. Arzobispo. Ésta era nuestra principal misión de hoy: rezar el Rosario todos los ‘crossroaders’ dando testimonio de nuestra fe, de que Cristo ha resucitado para traer a este mundo oscuro la alegría y la paz que lleva consigo la luz del Evangelio, el amor de Dios.
Después de comer (y, por supuesto, de una buena siesta), un grupo de voluntarios de la delegación en Barcelona de la plataforma Derecho a Vivir nos dio una serie de testimonios sobre la fe y la defensa de la vida. Fueron tres mujeres –Montse, Lorena y Victoria- las que nos expusieron cómo llevaban a Cristo y trataban de santificar su ambiente diario a pesar de sus dificultades. Este encuentro estuvo organizado por la delegada de Derecho a Vivir Barcelona, Tania Fernández.
A la vez que tenía lugar este encuentro, algunos ‘crossroaders’ se desplazaron hasta varias parroquias del centro de Barcelona para repartir información sobre la asociación Crossroads y para recoger firmas de la iniciativa ‘One of us’, para la que recogeremos firmas durante todo el verano.
Por si fuera poco, nuestro “chófer” (nuestro compañero ‘crossroader’ que conduce) fue con el vehículo al aeropuerto de Barcelona para recoger a Marta, una veterana ‘crossroader’ americana (hermana del fundador de la asociación), que caminó en las distintas ediciones de Crossroads Estados Unidos hasta el año 1995.
Por último, y como ya era algo tarde y anochecía, hemos abusado de la confianza que trae consigo el primer día de Crossroads, y nos hemos dedicado un rato a nosotros mismos para ver un espectáculo de luces y chorros de agua en la fuente del Castillo de Montjuic y una concentración motera en la misma Plaza de España.
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